No
podía faltar Grecia a nuestra cita y la importancia en nuestra cultura, ya que
fueron los más próximos a nosotros en occidente, como Egipto lo fue en oriente
en época faraónica; pero eso no quiere decir que las diversas culturas no
intercambiasen su saber, como así ocurrió a tenor de las invasiones, o con la
llegada de Alejandro Magno a Egipto, al que ayudó a combatir a los
persas, los cuales habían dominado Egipto en dos ocasiones. Dicho periodo helenístico en Egipto comenzó con la dinastía ptolemaica, fundada por Ptolomeo\Sóter, general de Alejandro Magno, también
conocida como dinastía lágida, ya que se llamaba Lagos, el presunto padre de Ptolomeo I. Alejandro, asombrado por la cultura egipcia, provocó cierta fusión con la griega, aunque claramente diferenciadas; tanto es asi que llegó a hacer ofrendas a sus dioses, como demuestra un bajorrelieve encontrado en el complejo de templos de Karnak, en el recinto de Amón-Ra, que era el más representativo. En dicho relieve, se aprecia como Alejandro está tocado con la vestimenta característica faraónica pero sus rasgos son helenísticos, sobresaliendo su cabello del nemes, tocado de tela, de diversas formas, que con frecuencia usaban los faraones.
conocida como dinastía lágida, ya que se llamaba Lagos, el presunto padre de Ptolomeo I. Alejandro, asombrado por la cultura egipcia, provocó cierta fusión con la griega, aunque claramente diferenciadas; tanto es asi que llegó a hacer ofrendas a sus dioses, como demuestra un bajorrelieve encontrado en el complejo de templos de Karnak, en el recinto de Amón-Ra, que era el más representativo. En dicho relieve, se aprecia como Alejandro está tocado con la vestimenta característica faraónica pero sus rasgos son helenísticos, sobresaliendo su cabello del nemes, tocado de tela, de diversas formas, que con frecuencia usaban los faraones.
Imagen arriba,siembra y laboreo de la tierra. Técnicas que los griegos difundieron en sus viajes. Abajo, Moneda representando una espiga de cebada. Anfora, cosechando la oliva, con varas, y bajorrelieve dionisiaco con sátiros elaborando el vino, pisado de la uva. Fuente: Salvat. Wikipedia.
Tampoco eran muy abundantes los productos horticolas en la época clásica en
Grecia, tanto en vegetales, legumbres, como en árboles frutales, y los frutos
silvestres, por su insipidez, eran poco valorados, compensando todo ello con la
importación. Así pues, el pueblo griego no fue ni de lejos gran comedor de
vegetales, salvo los más pobres que gustaban de las habas verdes y que secas
las empleaban para votar, seguro que en esto último estarían de acuerdo la
clase política con ellos.
Poco
imaginarían aquellos antiguos griegos que, ese suelo poco fértil entonces,
podría serlo más feraz y competitivo hoy, en pleno siglo XXI, con las nuevas
tecnologías, como la geotermia, sin abusar de ella o la horticultura de
invernadero, pero sobre todo el tesón y el trabajo de los griegos, que quizá
podrá salvarles de la actual crisis económica que padecen junto a otros países,
como España, a raíz de las palabras de Dimitris Melas, Secretario General de
Desarrollo Agrícola de Grecia “La horticultura podría ser la salida de la
crisis de Grecia”.
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El
cereal, el olivo y la vid en Grecia
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Como hemos dicho más
atrás, la Grecia
antigua no poseía un suelo y subsuelo extraordinarios, dedicándose al cultivo
del cereal, terreno más propicio, aunque tampoco obtenían grandes cosechas, sin
embargo su gran baza era su herencia marinera, su conocimiento del mar, siendo
consumados marinos, extendiendo su poder territorial y comercial, creando
graneros allende los mares; de ahí el mito de Jasón y los Argonautas, cuando
fue a buscar el Vellocino de Oro a ese país oriental, que no era otra cosa que
la dorada espiga, según los historiadores. Así pues, a tenor de sus conquistas,
difundieron los cereales, tanto su cultivo como su comercialización, llegando
el trigo desde Egipto, Sicilia y Asia Menor.
El trigo convertido
en pan, fue primero un alimento ritual, después una delicia aristocrática y más
tarde se propagó entre el pueblo. Ya con el conocimiento del pan fermentado, su
elaboración se sofisticó añadiendo a la masa primaria otros ingredientes como
aceite, leche o sal, mejoraran su olor y sabor. Dinias, contemporáneo de
Aristófanes, dice de el: “El pan que se da a esta mesa y el que se compra en el
mercado, es de una blancura deslumbrante y de un gusto sorprendente. El arte de
fabricarlo, perfeccionado, que nació en el siglo pasado en Sicilia, se revela
en nuestra patria con todo su esplendor y hemos de decir que ha mejorado
extraordinariamente la fabricación de los amasados. Hoy poseemos mil medios
para trasformar toda clase de harinas en una alimentación tan sana como
agradable. Añadiendo un poco de aceite, de leche, de sal a la harina de
cereales, encontraréis los panes más delicados”.
El trigo y a su vez
el pan, estuvieron ligados a los grandes dioses de Grecia. Démeter, madre de
Perséfone, diosa del suelo y de los cultivos, le rindieron culto en el siglo
VII antes de Cristo, hija de Zeus, “dios del pan y del vino, dios de la muerte
y de la resurrección”. En los misterios eleusinos, ritos anuales de iniciación
a las diosas mencionadas, ritos sagrados y secretos que se celebraban en
Eleusis, cerca de Atenas, contemplaban el misterio de la vida y de la muerte,
simbolizados con la desaparición y resurrección del grano de trigo. Ritos que
tenían lugar en Telesterión y que los iniciados estaban obligados a guardar
secreto bajo pena de muerte. Es uno de los misterios centrales de la religión
griega.
Imágenes: Arriba, mujer amasando pan. En medio, Misterios Eleusinos. Abajo izda. Piedra demarcando el Camino sagrado" Abajo dcha. Démeter y Perséfone con un iniciado celebrando los misterios.Fuente: Wikipedia. C. Commons.
El olivo
El olivo y por
extensión el aceite de oliva, fue inherente en la cultura mediterránea y en su
dieta. Según uno de tantos mitos, se cree que fue Cecrops, egipcio de
nacimiento y primer rey de los atenienses, el que introdujo el olivo en el
Ática, aunque ya lo conocían en su forma silvestre, mito que pudo ser muy real;
otros mitos o leyendas dicen que la
diosa Atenea hizo brotar un olivo con
servía de combustible para alumbrar
por la noche. Y para culminar lo dicho, empleaban sus ramas, entrelazadas en forma
de corona, para coronar a los vencedores de los Juegos. Así pues, el olivo es
una constante en la cultura griega, era nada más y nada menos que el árbol de
Atenea, virgen, polifacética, imbatible en la guerra, una de las divinidades
principales del panteón griego y uno de los doce dioses de los juegos
olímpicos. Adoptada por muchas ciudades, se la conoció sobre todo como la gran protectora de Atenas y de toda
el Ática. Sófocles, admirado, hablaba así del olivo: Existe un árbol que no he
oído decir que haya germinado otro igual: árbol invencible, árbol que renace de
si mismo, terror de las lanzas del enemigo. Crece sobre todo en este país; es
el olivo de hoja de hojas pálidas, tan nutrido para los niños. Los jefes y
enemigos no lo destruirán jamás, pues la mirada vigilante, siempre alerta de
Zeus y Atenea, de los ojos brillantes, velan sobre él”. Cuando dice que el
árbol es indestructible y que renace de si mismo, se refiere a una leyenda
ateniense, destruido por los
persas el olivo sagrado de la Acrópolis , rebrotó en
una sola noche.
Ánfora con aceite. Uno de los trofeos en los Juegos. |
Recolección de aceituna. Ánfora griega. Siglo VII a. c. |
No obstante, la
implantación del olivo tenía su contrapartida, tardaba muchos años en dar fruto
y además erosionaba el terreno por la forma de enraizar drenando el terreno en
las condiciones en que ya malamente se encontraba, sobre todo en las pendientes
a expensas de las lluvias, condicionando otros cultivos, pero los griegos
creyeron entonces que era lo mejor que podían hacer para ayudar a su mermada
economía, teniendo que exportar aceite para obtener hortalizas que ya no se podían
plantar en el suelo erosionado. Esto poco les importaba a los ricos
terratenientes, pensando que a la larga les produciría pingües beneficios,
mientras la población padecía esa espera. Viendo este problema, trataron de
solucionarlo plantando el olivo en terrazas, pero esto necesitaba un
mantenimiento constante, mantenimiento que era interrumpido por las continuas
guerras, con las consecuencias que eso acarrea: llamada a filas de los hombres,
saqueadores etc…Pero a pesar de tantos avatares, el cultivo del olivo no fracasó,
pero la decadencia de Grecia estuvo
unida a sus olivares, cuando estos fueron devastados por la guerra del
Peloponeso. Perdida su supremacía marítima, Grecia nunca volvería a alcanzar su
antiguo esplendor.
Variedades de aceituna. Fuente: Wikipedia. C. Commons |
Como aquí en España,
sobre todo en Andalucía, los griegos son grandes comedores de aceitunas,
entonces y hoy día. Las mejores eran las del Ática, que como se sabe es una
región o periferia de Grecia. Conservadas en salazón, hacía las delicias de los
antiguos atenienses. En tiempos de Homero los campesinos las comían con pan y
queso, persistiendo todavía esa costumbre entre los pastores y el campesinado,
alimento sabroso y a la vez sobrio que mitiga la dura faena del campo. Como
alguien muy bien ha escrito: “Nada ha cambiado bajo el cielo de un azul puro y
pulimentado del Ática".
Prensa de palanca, usada en Grecia para el prensado de la masa de la oliva. Un operario fijaba las piedras y el otro se colgaba de la viga para aumentar aún más la presión sobre los capachos o esteras. Imagen Web, modificada por el autor del blog.
La vid
La influencia de la
cultura griega antigua del vino en Europa es más que constatable, para su
desarrollo y para la propia historia del vino. Diría Tucídedes: “los pueblos
del Mediterráneo empezaron a emerger del barbarismo cuando aprendieron a
cultivar olivos y vides”. Los griegos fueron pioneros en métodos y producción,
con clara influencia egipcia; métodos
que supieron desarrollar en otros nuevos, por ejemplo, empezando por el
estudio del suelo y la variedad de plantación que convenía al mismo, insólito
en una época que no tenían los adelantos que tenemos hoy, pero sin embargo eran
poseedores de una capacidad asombrosa de observación y de trabajo.
En Grecia la vendimia
se hacía conforme a ritos y tradiciones, ocupando un puesto de honor en el
poemario de la época homérica. Se puede constatar esto contemplando el escudo
de Aquiles, donde se puede contemplar una representación de la vendimia
acompañado de cantos, al sonido de la lira. Vides que se ven emparradas en el
mismo escudo, sujetas por estacas, pueden verse hoy día en la viñas de Italia. Todo
confirma que durante muchos siglos se vendimió como ya hemos dicho, al son de
la música; parece que el propósito no era otro que animar en la faena a los
vendimiadores, desde luego y me permito decir esta licencia, mucho mejor que
hacerlo a latigazos, como los romanos hacían con los remeros reclusos en las
galeras. Uva que se pisaba en grandes cubas de madera, inclinadas a un lado
para que el preciado líquido se colase por unos agujeros preparados para ello;
así como una barra a la cual se asían para matener el equilibrio. Música que no
solo se empleaba en la vendimia, si no también en otros ámbitos, como acompañar
en sus ejercicios a los atletas en el gimnasio y de forma rítmica.
La vendimia formaba
parte también del ritual dionisiaco, como dejamos entrever, aunque sin nombrar
a Dionisios al principio de este apartado. Dionisios, dios de la viña y el
vino, es de suma importancia en la cultura griega, porque dentro de sus
misterios se encuentra la iniciación del teatro. Representado en multitud de
formas, era un dios proteiforme, representado como un niño, adolescente,
anciano, con formas de diversos animales, entre ellos serpientes, pero lo más
frecuente era que apareciera como un tipo fuerte, sólido y barbudo, coronado de
pámpanos. Desaparecida la crueldad de los ritos dionisiacos y a tenor de
aquellas primeras antiguas asambleas escénicas, derivaron otras, con la
creación de concursos escénicos, había nacido el teatro como tal, dando un
fuerte impulso al teatro clásico griego. Estas representaciones, consagradas
todavía a Dionisios, estatua que presidía dichas sesiones, una vez terminada la
sesión, los sacerdotes que habían ocupado un sitio preferente en el recinto,
vaciaban una enome copa de vino nuevo.
Prensa de palanca, usada en Grecia para el prensado de la masa de la oliva. Un operario fijaba las piedras y el otro se colgaba de la viga para aumentar aún más la presión sobre los capachos o esteras. Imagen Web, modificada por el autor del blog.
La vid
Desde el Neolítico
existió la viticultura en Grecia, generalizándose su cultivo doméstico al
principio de la Edad
de Bronce.
Kilix griego. Fuente: C. Commons |
Junto al cereal y el
olivo, los griegos cultivaron la vid, desempeñando el vino una gran importancia
en su religión y civilización, como en cualquier país en el que estuviera
presente, como se puede constatar en las distintas civilizaciones; vino, acompañado de ritos sagrados, muchas veces de sangre y violencia. A medida que
la civilización avanza, los primeros excesos de violentas bacanales, con baños
de vino y sangre, se convierten en ofrendas y sacrificios a los dioses. Homero
en la Ilíada
evoca dicha costumbre cuando se reúnen Ulises y Agamenón:”Llenaron sus copas y
luego, derramando el contenido en el suelo, dirigieron sus plegarias a los
dioses que existen desde el principio de los tiempos”.
Reproducción del escudo de Aquiles, donde puede verse en la tercera franja, ampliado, escenas agrícolas, entre ellas la vendimia. Imagen Web. |
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